…Nietzsche y la naturaleza de la verdad…

http://www.youtube.com/watch?v=DWfyEU9XtLk

Encontré por recomendación de un amigo (gracias Freddy!) una disertación del pensador argentino Juan Pablo Feinmann que giraba alrededor del concepto de la ‘voluntad de poder’ nietzscheano y el hecho de que la ‘verdad‘ vendría a ser una manifestación de la misma. En cierto sentido, al iniciar este blog tenía la intención de tocar este tema, pero lo difícil era empezarlo, en cierta medida por mi condición de novato en estas lides…hasta que apareció este video y facilitó las cosas. Los argumentos de Feinmann quedan por demás claros, ya lo estaban desde Nietzsche (incluso desde un poco antes…) por lo cual comentar al respecto sería totalmente fatuo. Lo que si es dable, es una reflexión para situar esta disertación en este blog. La bipolaridad a la que se hace mención con frecuencia aquí, bajo los terminos en que el ser humano la experimenta, no es más que una manifestación de la confrontación de absolutismos contrarios que intentan hacer prevalecer su propia ‘voluntad de poder’. En medio de esta confrontación, cualquier estado intermedio podría ser interpretado como ‘tibieza‘, un término harto manejado por el cristianismo, el comunismo, y todos los ‘ismos’ con aspiraciones absolutistas (de hecho el evangelio cristiano siempre está condenando a los ‘tibios’, y en ambos casos se condena a los que no creen en la ‘causa’ extrema). A mi parecer, no hay que confundir esa condición intermedia, la ‘tercera verdad‘ de la que hablamos aquí como una suerte de indecisión o indefinición (que es a lo que se refiere el término ‘tibieza‘, lo que aquí en Perú se suele calificar con la frase ‘…ni chicha, ni limonada’), son dos cosas totalmente diferentes, tenemos claro que es posible vivir de espaldas a los absolutos, pero bajo la bipolaridad basada en dichos absolutos ¿qué lugar corresponde a quienes no deseamos asumirlos radicalmente y nos declaramos abiertamente escépticos a ellos?¿podría hablarse de una ‘voluntad de poder’ que no busca imponerse?, pues de hecho una condición natural del ‘poder’ es el buscar la supremacía, según creo. Pero ¿sería posible en todo caso, que esta ‘voluntad’ se manifieste en defensa de la autonomía propia, de la identidad, de la individualidad, en el derecho humano de ser único?. Esto podría ser particularmente difícil en un medio donde los poderes litigantes inundan el entorno con manifestaciones mediáticas de poder contaminándolo con el objetivo de imponer su verdad (de hecho Feinmann menciona el fantástico escrito de Baudrillard ‘La guerra del Golfo no sucedió‘ para graficar como se manipula la información para producir una ‘verdad’). Se me antoja pensar en una confrontación muy presente en este tiempo y que ha teñido la historia de la civilización occidental sobre todo, la confrontación entre la ‘divinidad‘ y el ‘capital‘. Ambos son medios en los que el ser humano concentra la necesidad de solucionar sus problemas, la paliación del sufrimiento existencial. En ambos casos se trata de la materialización de la ‘voluntad de vivir’, y en ambos casos, quienes han sido gestores de ambas posiciones han gozado de períodos más o menos prolongados de licencia para implantar sus propias verdades o dogmas, y las condiciones necesarias para expandir dichas verdades, que se han constituido en milenarias (la pregunta es: ¿la persistencia en el tiempo es de por sí justificatoria?). Basta reflexionar sobre el período de tiempo del que ha gozado la Iglesia para instaurar sus dogmas, y la forma como estos han ido mutando y evolucionando para mantener su condición de ‘creibles’ y no perder la calidad dogmática. Igual sucede con el aparato mediático del capitalismo, cuyo bombardeo es incesante y apabullante, y cuya manifestación política (la potencia hegemónica de turno) a su vez instaura su ‘verdad’ satanizando a quienes se opongan a dicha posición, vendiéndonos una ‘verdad’ a través de la cual el mundo mira a los adversarios satanizados a través de su ‘caleidoscopio moral’.  Podríamos tomar como ejemplo toda la andanada mediática que acompaña a cada campaña militar para convencer a la humanidad de la rectitud de la causa, sea Vietnam, Irak o Afganistán…. Ante todo eso sólo se me ocurre una pregunta ….¿QUÉ ES LA VERDAD?…

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